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Por qué voté por la I.A.

Joshua Castro
Joshua Castro
Glitch

Sí, voté por la inteligencia artificial. No creo que la I.A. sea la respuesta definitiva, pero estamos en un momento crítico donde el juicio humano, por sí solo, ya no es suficiente. Necesitamos un sistema que combine nuestros valores humanos con la capacidad de la I.A. para analizar y decidir con precisión. Esto no se trata solo de elegir entre candidatos; es un llamado a replantearnos toda nuestra democracia y a reconocer que la tecnología podría aportar equidad y profundidad a nuestras decisiones.

En estas elecciones voté por Juan Dalmau, pero mi voto por la I.A. fue una declaración contra un sistema que sigue dependiendo exclusivamente de la limitada capacidad humana, llena de errores y manipulaciones. Si combináramos lo mejor del juicio humano con el poder analítico de la I.A., podríamos resolver muchos de los problemas actuales de una mejor manera.

Cuando entrevisté a los candidatos, mi objetivo era claro: quería ver si podían convencerme de que vale la pena quedarme en Puerto Rico. No porque dude de la dignidad de este país, sino porque no quiero vivir en un lugar controlado por los mismos que han permitido su deterioro. Quería creer que el cambio real era posible. Al final, decidí votar por la I.A. porque entendí que el sistema necesita transformarse por completo. Esta decisión se basa en tres conclusiones esenciales:

Ser educado, lamentablemente, sigue siendo un privilegio

Esto quedó claro en los comentarios y mensajes que recibí. Muchas personas buscaban razones para votar por Juan Dalmau, pero en persona, otros me decían que votar por él traería el comunismo a Puerto Rico. Esto me hizo darme cuenta de cómo nuestras "burbujas de información" limitan nuestra visión. En las redes sociales, todos parecían molestos con la administración actual, pero en la calle, la realidad era distinta.

Muchas personas que querían votar por la Alianza no entendían bien cómo hacerlo, diluyendo sus votos. La I.A. podría resolver esto, educando y guiando a las personas de manera personalizada. Imagina que, cada vez que se difunda información falsa sobre un candidato, un asistente de I.A. pueda corregirlo al instante. O imagina que la I.A. guíe a los votantes paso a paso sobre cómo marcar su papeleta correctamente, haciendo el proceso de votación claro para todos.

Soluciones simples como estas podrían mejorar mucho nuestras elecciones.

Menos insultos, más unidad

En la política, los insultos y ataques dividen más de lo que unen. Frases como "Muerte al PNP" o "los PNP son corruptos" pueden apuntar a la institución, pero terminan ofendiendo a personas. Mientras nuestro objetivo es arreglar un sistema roto, este lenguaje nos fragmenta y nos impide avanzar juntos.

En estas elecciones, la falta de unidad entre quienes buscan un cambio permitió que el PNP obtuviera más representación de lo esperado. Peleábamos por lo mismo, pero estábamos divididos. En el futuro, debemos construir alianzas más fuertes y atraer a todos los que verdaderamente desean un cambio, sin importar su pasado o inclinaciones políticas.

Imagina que la I.A. actúe como un moderador en los debates públicos, reduciendo la polarización al ofrecer hechos y eliminando el lenguaje divisivo.

La I.A. podría corregir la desinformación y aportar contexto, ayudando a que la gente vea los temas de forma más clara. Con información personalizada para cada ciudadano, podríamos dejar atrás la mentalidad de "nosotros contra ellos" y tener una conversación más honesta sobre los temas que realmente importan.

No son los individuos; es el sistema

Muchos de los candidatos que entrevisté tienen buenas intenciones, pero el sistema, tal y como está, no permite el cambio profundo que Puerto Rico necesita. Nuestra democracia fue originalmente construida para servir a unos pocos y, aunque con el tiempo se han ampliado los derechos, su estructura sigue siendo anticuada. Un sistema donde 100 o 200 personas toman decisiones para millones ya no responde a nuestras necesidades.

La clave aquí es la transparencia. Solo el hecho de que dudemos si las elecciones son limpias, o que haya casos de personas fallecidas que aparecen votando, es suficiente para erosionar la confianza en el sistema y aumentar el caos social. Necesitamos tecnología que garantice que cada voto sea verificable y confiable. Con blockchain, podríamos crear un sistema donde cada voto sea seguro y visible, eliminando el riesgo de manipulación. Imagina un proceso donde votemos directamente en temas críticos, comó el aborto, desde nuestros dispositivos; con la certeza de que cada voto cuenta y puede ser visto por todos.

El sistema representativo actual tampoco está diseñado para atender todos nuestros intereses individuales. Los representantes suelen enfocarse en lo que les conviene personalmente para ganar votos en su sector y mantenerse en el poder, y muchas veces ni siquiera son conscientes de lo que la mayoría realmente necesita. Este enfoque deja de lado temas importantes que afectan a todos.

La democracia, desde sus orígenes en Atenas, solo incluía a un pequeño grupo de descendientes atenienses en las decisiones políticas. Con el tiempo, líderes como Martin Luther King y otros impulsaron cambios vitales para expandir el derecho al voto. Aunque estos avances fueron positivos, la estructura democrática sigue siendo limitada. Un sistema donde 100 o 200 personas deciden el futuro de millones no puede responder a todos.

Con una votación directa, los ciudadanos podríamos decidir digitalmente sobre temas importantes que impactan nuestras vidas, sin depender solo del juicio de los políticos. La I.A., además, nos ayudaría a recibir información educativa y objetiva sobre estos temas. Esto no significa que votaríamos en cada ley menor, sino solo en las decisiones más importantes. Así, tendríamos un proceso democrático directo y enfocado en lo que realmente importa.

Conclusión

Llegamos a un punto donde el sistema que nos prometió representarnos ya no responde a nuestras realidades, nuestras necesidades ni a nuestros sueños. Un sistema que deja la educación en manos de unos pocos, que nos divide cuando necesitamos unidad, y que concentra el poder en unos cuantos mientras nuestras voces se pierden. Voté por la inteligencia artificial porque creo en algo mejor, algo que podemos construir juntos.

Imagina una democracia donde cada persona tenga el conocimiento y la oportunidad de decidir en temas importantes, donde el poder no esté en unos pocos, sino en todos nosotros. Con blockchain, podríamos garantizar que cada voto sea real, visible y honesto. Con la IA, podríamos aprender, informarnos y tomar decisiones más sabias. Así, nos uniríamos en lugar de enfrentarnos, con transparencia y respeto por cada voz.

He decidido quedarme en Puerto Rico. Ya vi el problema, y este voto es uno de los primeros pasos para trabajar hacia su solución. No sé si estaré aquí toda mi vida, pero estaré el tiempo suficiente para poner los cimientos y dejar un terreno listo para que otros sigan construyendo.

Esta no es una visión lejana ni fría; es una esperanza de recuperar lo que nos hace humanos: el derecho a decidir nuestro futuro juntos, sin barreras ni manipulaciones. La inteligencia artificial, bien utilizada, no nos aleja de nuestra humanidad; al contrario, puede ser el puente que nos lleve hacia una sociedad donde cada decisión refleje quiénes somos y hacia dónde queremos ir. Un futuro donde cada voz cuente y donde, por fin, podamos construir algo verdaderamente nuestro.